Ahora, que ha este mundo ermitaño ha llegado la nieve
Se vuelven mis manos a ti en el pleno silencio
Y te extraño, en el mudo espacio donde sentencio
El destino en las flores que al alma solitaria mueve
Desvelamos las horas en el cuarto del recuerdo
Amarramos las almas con pañuelos de seda blanca
Y en un verde parque nuestra mestiza banca
Nos espera eternamente lejos de este mundo cuerdo
Entiendo, comprendo que el tiempo debe ser
Que no se pueden borrar los minutos con un beso
Que solo queda caminar el camino que existe y vencer
Las estaciones frías pasaran como el viento, lo sé,
Será nuestra casa el nido de mil poesías aladas
Y los sonetos de este libro en tu piel con amor grabaré
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