Tu eres

Tú eres especial y lo sabes
Tú eres una gota clara sobre mi ventana,
Eres un campo de vida,
Una flor silvestre,
Tú eres una luna en mi noche oscura.

Tú eres una brisa tibia en abril,
Eres un canto de sirenas hipnotizaste,
Un sonido dulce que se eleva
Desde las aguas que abrazan la tierra
Hasta el centro de mi existencia.

Tú eres simplemente intensa,
Y en la oscuridad absoluta veo tu rostro,
Eres un destello fulgurante que flota,
Que vuela sin confundir los momentos,
Que está y que es ahora eterno.

Tú eres un poema abierto,
Un canto al sol por la mañana,
Eres las letras de las rimas perfectas
Por la tarde cuando la música se abre vida
Entre las cuerdas vibrantes de un piano.

Tú eres la semilla que crece,
Que toca los cielos y se pierde en las nubes,
Que está llena de verde puro y vida
Y de flores con mil colores alegres que cantan
Y que amarra sus raíces a la tierra.

Tú eres todo un mundo
Lleno de misteriosos parajes por descubrir,
Sueños que se deslizan a través del viento
Que acarician el rostro en momentos de calma,
Un mundo no perfecto, pero verdadero.

Tú eres ahora todo mi presente,
Mi compañera y amiga del silencio,
Eres un abrazador deseo de querer,
Un infinito libro que se escribe cada día,
Eres una especial y única mujer.

Momentos

¿Que son los momentos?
Sombras miniaturas de minutos
Unidos como un racimo de uvas frescas
No son acaso parte de los tiempos
Como las estrellas son parte de la noche oscura
Pasan por nosotros en silencio
Como el viento por las ramas de los árboles
Otros vuelan al cielo como globos libres
Buscan el rojo sol de verano
Los momentos son melodías en la memoria
Notas silvestres danzando en la costa
Olas que golpean las rocas con furia
Y soles apareciendo tímidos en el horizonte
Son un abrazo cuando se llega desde lejos
Una silueta a contraluz por la ventana
Un silencio escuchando el mar
Y unos ojos del cristal más bello

Hay momentos que sufren
Que lloran por los rincones analfabetos
Que rasgan las venas y sueltan la sangre
Que gritan a voces locuras aladas
Después de morir dentro de todo y nada
Hay momentos negros de duelo
Con las manos marchitas sobre las mesas
Amargos y desbocados sobre la tierra
Momentos marcados con fuego
Que sobreviven una azul era

Pero hay momentos de risa
Momentos que viven y cantan
Momentos que impregnan la piel
Que mueven las nubes y espantan la niebla
Momentos donde se escucha la voz
Donde los secretos siguen su camino
Donde aparecen las musas jugando
Y donde apareces tú con tu cabello suelo
Momentos llenos de colores
De arcoíris que caen al mar
Como un gran tobogán de la vida
Momentos de piel, de sangre
Momentos de palpitar salvaje
De corazones abiertos frente al fuego
Momentos donde tú presencia
Es todo lo que yo tengo.

Te amé

TE AMÉ
Te amé con mis manos
Con mi ojos, con mi boca
Hasta el fuego y la penumbra
Tocando el rojo y la miel
Gastando el tiempo desolado
Amarrando tu pasión a mi piel

Te amé como un loco
Como un viento que abraza
Las costas y las casas
Como un solitario amante
En el único rincón de tu alma
En todos los momentos misteriosos
De la dulce primavera
Te amé si medir
Sin mirar más que tus ojos
Sin respirar más que tu aliento
Sin acariciar más que tu pelo
Te amé desde el alma
Con mi pecho abierto
Con mi sangre corriendo
Como ríos solo por ti
Con todos los desvelos
Con todos atardeceres
Con todas la lunas y los cometas
Te amé con todo el poder
Que tiene el sol
Y cada estrella
Te amé suavemente
En el profundo sur de un mundo
Y en el alto de cordilleras
Delicadamente como la caricia
Del roció sobre los gladiolos
Como el suspiro del mar
En tu rostro perfecto
En tu boca de rosas
Te amé en el silencio
Y en el canto de la aurora
En cada gota de lluvia
Que mojaba nuestro encuentro
En paz y en guerra
En soledad y en compañía
Te amé hasta el día amargo
Cuando supe que no eras mía.

A esta hora

A esta hora,

Escribiendo cosas que son
Cosas que vuelan y viven
Tú sabes el destino
Yo sé hacia donde camino
Cuando todo parece calmo
Afuera en la avenida
Algo crece y en silencio
Enredado entre las sombras
De la fachadas viejas
De las calles sencillas
En los bares y plazas
En el hierro de una escultura
Ajena en su rincón perdido
Como el rio derrubia su espacio
Y lentamente crece en su lecho
Arranca los espinos
Y la tristeza molida
Esparcida en el suelo


Yo vengo de otro sistema
De un planeta que todos olvidaron
Y me he posado en tu tierra
En tus caderas costeras
Adornadas por gaviotas
Tú me quieres en tu alma
Me acaricias sin decirlo
Como un canto alado
Me llevas a tu nido
Te adorno con poemas
Con música de mil colores
Y desde el azul ombligo
Un suspiro cálido
Un desvelado alivio
Confundido en el aire
En la sal que amarra
El acero flotante
En el mar ahora dormido


A esta hora


Te escribo mil letras
Verbos danzantes en tus ojos
En tus manos y en tu pelo
Me amarro a ti como hiedra
Sin querer hacia tus muslos
Hacia tus hombros limpios
Del polvo de otras historias
Y te veo ahí secretamente
En tus cuadro lleno de energía


A esta hora


Todo aparece en su momento
Y tú apareces iluminando el día.

Caminamos

Si,
Caminamos por el puerto
Recorrimos cada baldosa
Agrietada por el tiempo
Y el viento
Como nos acariciaba el viento
Como venía desde el mar
Entre la noche y las luces
Como se acercaba claro
Y abrazaba tu pelo
Y mi rostro humano
Se volvía un misterio
Un secreto gritado
Un conjuro en los ojos
Despiertos a cada palabra
A cada risa entretejida
Entre los cuentos
Que se cuentan cuando
La paz del alma se vuelve amiga

Tantas cosas comprimidas
Tantas locuras
Que no se dicen ni se explican
Nos falta tiempo para reír
Para poner el sonido
En la guitarra que duerme
Para cantar canciones
Al mar que ruge presente
A las lunas y las estrellas
Al fuego y la tierra

Caminamos contando algo
O contando todo, no lo se
Compartiendo los dulces
Que recogimos en nuestro camino
Que amamos con tanto
Y que nos hace sencillos

Si
Caminamos bajo farolas
Que jugaba a ser estrellas.

Has vuelto poesía

Has vuelto poesía
Desde lejos con tu ropa clara
Amarrando las copas
Y el sincero desierto del mundo
Has vuelto a caminar los senderos
Desde el día hasta la noche oculta
Apareces nuevamente en escena
A través de la niebla madura
Aliento húmedo del puerto
Que abraza las casas alegres
Como una ola de mar
Que cubre las rocas solitarias
En la costa taciturna
De una playa olvidada

Pálida y vigorosa rosa
Carmesí que florece al sol
Y llora a la luna
Has vuelto desde lejos
Cruzando el mar y la tierra
Saltando cometas
Olvidando tú historia
Cantando canciones al viento
Con tu guitarra de aprendiz
Saboreando esta vida
Que fría se vuelve a veces
Cuando el invierno despierta
Después de meses de descanso

Has vuelto poesía
Tan cálida en esta roca
Tocando las olas del mar
Con tus manos de seda
Dando cara al viento que nace
Y desarma tu pelo ya revuelto
Como un astro que emerge
En el horizonte calmo
Emerges nuevamente
Con tus manías y cuentos
Con tus momentos alegres
Que compartes con tanta gente
Con tantos ojos.

Has vuelto poesía
Desde lejos a esta isla rocosa
A tu cuarto silencioso
Donde guardas tantas cosas
Donde tus secretos son
Y donde viven contigo
Todas las rojas rosas.

Miedo

Tengo miedo.
Acumulo tiempos en esta gaveta
Los guardo en caso que se apague el sol,
Yo se dónde están las espinas
De las dulces moras que nacen silvestres,
Se desde cuando nace la luna
Y donde van a morir los poemas.
Tengo miedo ver morir
Besos y ternura abarrotada,
De ver secar el seno de la tierra
Amargando el agua que borbota
Y mulle la esponja del alma.

Un día solo salí buscando palabras,
Raíces impregnadas de sales,
Rocosos despeñaderos adornados
Con fragancias aduladoras de sentidos.
Un día quise ser un sabio,
Un hombre pequeño entre casas de colores
Y calles que mueren en el puerto.
Quise olvidar el miedo
El que retuerce el acero duro
Que paraliza la lluvia y enfría cometas.
Quise conocer la vida afuera,
Esa que canta con guitarras,
Que danza y vuela al cielo costero,
Contraluz al fuego que quema su espalda.

Pero tengo miedo.
Miedo de apartar la serena luna,
Miedo a romper el cántaro
Y perder el vino de las bocas.
Miedo a escribir tristeza
Y olvidar la risa contagiosa,
Olvidar que existe el otoño rojo
Y la primavera con sus mariposas.
Miedo a perder el encanto
De dormir al amor en una prosa.

Los poemas nacen

Si han nacido las flores,
Si cometas surcan la noche,
¿Crees tú
Que la sangre corre por ríos
Y el sol se enciende en el cielo?

Los poemas nacen,
La tierra se envuelve en pétalos alados,
Y en el sonido casi estruendoso,
Bocinas, carros y gentíos,
Todos amarrados en su esclavitud y desperdicio.
La memoria retumba la boca
Como un calvo y siniestro pasado
En el sinsentido.
tus ojos nacen como espigas
Brillan como astros lejanos,
Cantan canciones y escriben
La vida de los libros y sus hojas.

Si han nacido los lagos,
Si han volado los besos de tan lejos.
¿Crees tú
Que mi muerte quemara las heridas
Que no volveré a tomar unas manos?

Es la miel que rosa la boca,
Es la curiosa forma de adornar la vida,
Y yo no quiero
Que estas letras mueran en silencio,
Quiero que se lean con unas caricias
En el sonido inquieto de esta tierra,
En los descalzos pasos sin rumbo existente.
Es cuando los poemas nacen
Florecen y abren al sol mariposas,
Se roban la mente, te inspiran el alma
Y en un desvelo
Se plasman en las solitarias rocas.

Crepusculo

El crepúsculo es un poema en sí mismo,
Es más que el rojo y azul confundidos,
Es el recuerdo de su encanto,
El sueño de cualquier peregrino.

El tiempo lento va entre gaviotas,
Y entre la plata salada de las olas,
El tiempo no sede ni al sol con su fuerza,
Con sus brazos empuja su corona.

La cintura acorralada por arenas,
Corales que encienden la dulzura
Esas mil miradas que esperan
Abrirse paso tras una caprichosa luna.

Me he quedado sentado, eterno,
Mirando el fondo casi perdido,
La mente se ralentiza con los segundos
Con los murmullos de celeste cielo.

Yo me recuerdo de ti en esta tarde,
Y pasas lentamente tras esa roja cortina,
Como un verso encantado que abre desiertos,
Abres mi mente y desatas una sonrisa.

El silencio cubre las calles y sus luces,
Desde la colina la negra bóveda sobre las rocas,
Drenando misterios hacia los lagos,
Hacia la tierra cansada y hambrienta.

Yo sigo acá frente a las olas que rugen,
Y no puedo escribirte todo enmarañado,
Deberías estar aquí, podría convencerte,
A enamorarte de esta hora que me ha atado.

Anillos

Abrazando la cintura de tus dedos
Una circunferencia eterna
Un sinfín esotérico y romántico
El ciclo voraz de la vida
Lunas que orbitan el encanto
La geometría perfecta de la historia.

Metálicos senderos encarnados
Manos frágiles que sacian su vida
Como una flor en primavera
Gritando un secreto desatado
¡Cuántas cosas son tan simples
Y son tan bellas!
Tan completas en sí mismas
Como el adorno que ahí llevas.

Reflejos incrustados de detalles
Grabados en aguas y corales
Sendero oculto entre las rocas
Isla solitaria que te envuelve
Anillos que adornas las manos
Puertas ocultas tras cortinas
En veranos de aire claro

Anillos que se vuelven aire
Nacen y renacen cada mañana
Sentido milagroso de las flores
Amor de alegre poesía.

Inspiracion

He pensado estos días mujer
Cuantas cosas me inspiran,
Podría decir el aire fresco de verano,
La briza que abraza a Middle Cove,
El mar vivo que me habla,
Fuego que encanta la noche.

Me inspira el cabello verde
Que cubre las cumbres rocosas,
Y las aves puras que se elevan
Sobre las murallas escabrosas,
Y los árboles que se agarran
Con su instinto de vida plena
A los acantilados clavados en el mar.

Una canción escrita en lino
Por un poeta lejano que conocí,
Un momento cercano al universo,
Una guitarra de cuerdas que cantan,
El verano húmedo en la piel,
La lluvia golpeando la tierra
Y la gente corriendo por la acera.

¡Y cuanto me inspiras tú!
Tu rebeldía nativa y tozuda,
Tus deseos de ser intrusa en mis poemas,
De ser total de libertad pura,
Y tu fragilidad escondida
Bajo las sabanas de la tierra,
Tu lejanía y tus palabras extrañas.

Cantos inundados de la tierra.

Mientras vuelves,
Los poemas son escritos
Con tiza blanca de pizarrón,
En rocas y en madera,
En todos muros que puedan pensar,
En tablones de los parques
Y en la mesa de la cocina,
En la arena de la playa
Con sus olas desteñidas.

Este tiempo que espera
Sabe que tú guardas un secreto
Bajo la sombra de tu cama,
Que no tiene más remedio
Que quedarse ahí varias estaciones,
Viendo la luz por la ventana.

Las calles cubiertas
Colores derramados a los ojos,
Siluetas danzantes en la costa
El viento todo lo anima,
Una memoria truncada
De tus pasos bajando la colina.

Mientras vuelves,
Me mantengo escribiendo
Por las tardes en el gran silencio,
Me sumerjo en tu inspiración
Y el misterio en tus cabellos se anida,
Se vuelve cercano tu rostro
Más cercano que mi propia vida.

El crepúsculo que arde sobre el mar
Me importa tanto verte sencilla,
Verte ordenando tus cosas
En tu espacio que al mundo se cierra.
Me importa saber que lees
Los poemas escritos esta tarde,
Los cantos inundados de la tierra.

Dame

Dame de tu tierra un canto,
Un arrebol floreciendo sobre las nubes,
Abre tus manos que me embrujan
Con el aroma de hierbas primaverales,
Dame un minuto de tus horas,
Un segundo de tus ojos profundos,
Tu llanto triste al compás de las olas,
Y tu risa alegre en el campo abierto.

Dame el sonido de tu pelo,
El sueño de querer ser extranjera,
La bandera coronada en tu pecho,
Y todos los misterios de tu alma,
Dame la sinceridad que te baña,
El sol naciente que te inunda,
El reflejo de tu espejo
En el cuarto secreto de la vida.

El canto de tu tierra morena,
El sonrojar de tu gente sencilla,
El abrazo que guardas desde años,
Para quien te robe la vida,
Dame tu angustia cuando sola
Viajas por las calles dormidas,
Tus deseos más ocultos
Y un poco de tu suave poesía.

El marchitar de tu vida,
El beso que quedo en ti dormido,
El sendero no compartido,
El cielo rojo que te cubre,
Dame un tiempo alejado,
Un tiempo solo para compartir,
Un café y unos versos perdidos
Un silencio donde poder vivir.

Locura bella

En esta locura bella
En esta tarde calmada,
Siluetas quietas flotando,
Lunas que brillan por noches
Y por tiempos fundidos al negro.
En esta playa donde las huellas
Vivieron por un instante,
Donde gaviotas inquietas se alzan
Sobre rocas de fría mirada.

Camino de rocas abriendo el mar,
Sumergiendo aristas en las aguas,
Respiro del aire que toca la cara,
Olas que dejan su espuma
Y un barco olvidado que espera.

En este momento solitario
Cuando todo se hace uno
Y uno es todo que existe,
Emergen del mar
Los témpanos del tiempo
Para recordar las sombras
Que caminan entre las hojas,
Que conversan al silencio,
Que comparten la vida
Un café, un minuto etéreo.
Estado del alma
Que levita en las horas,
Donde la jornada se hace lenta
Al caer del sol tras los muros,
Sobre el plano horizonte lejano.

Locura bella,
Que atrae recuerdos ocultos.
Secretos del pecho
Que solo conocen las casas
Que se arriman a las caderas de la costa,
Que abre la luna tras la niebla
Y deja vivir el tiempo en el silencio.

Puerto

Que solitarias se ven
Las anclas en el puerto,
Tentáculos de acero desnudo
Desgarrando el suelo rocoso,
Sosteniendo barcos que descansan
Después de la verbena nocturna
Bajo el sol del verano virtuoso.
Barcos de mástiles firmes al viento
Tocando el cielo con dedos sagrados.
Barcos que zarpan al silencio
Que traspasan el fuego del alba
Rayando el cristal que se ondula,
Mientras se alejan imparablemente
De la serena señal en la montaña.

Y yo aquí sentado
Compartiendo con tu sombra,
Observando el mar
Que como un cachorro juega
Con los muelles de madera,
Como lleva y trae las rimas
Y lava la tierra de sus penas.

Son nutrientes de un cáliz dorado
La sales esparcidas en el suelo,
Inquieta espuma que impregna
El desvelo que vive en el puerto.
Mil ojos atentos desde las pendientes
Aguas que corren y mueren en el asfalto,
Casas y colores absorbiendo energía
Trepando las rocas hasta cima.

Yo no había visto tanta cosa
Desde que caminamos juntos aquel día.

Tu rostro

Yo no puedo escribir versos
Intentando olvidar tu rostro.
No puedo componer los huesos
De canciones que yacen en tierra,
Si no atrapo un rayo mezquino
De un cometa surcando al cielo.

Tú me invades desde el alma
Como la luz blanca que nace en Julio,
Y yo no puedo olvidar tu rostro,
Que atraviesa los muros viejos
De casitas que durmieron por tanto,
Y despertaron al amanecer del mar.

Amiga mía, soy una desvelada criatura,
Un trozo de madera flotando en las costas.
Y me adentro en las aguas de plata
Como barcos digiere silencio,
Barcos que sueltan sus amarras
Y abren la escamosa piel de las olas.
Y Me revelo a la noche oscura
Y extiendo mi mano a tu día.

Yo solo puedo escribir
Lo que no puedo olvidar.
El momento alado que se arrima,
La lluvia acariciando las flores,
Los pasos condimentados con risas
Y el detalle que guardas en tus dedos,
La espera del bus en la esquina.

Nada te acerca más que un poema,
He intentado escribir
No pensando en tu rostro.
Nada te hace más real y verdadera
A estas horas de la noche,
En este cuarto taciturno.

¿Desde dónde, desde cuándo?

¿Desde cuanto vives tan lejos?
¿Desde cuanto olvidas mi canto?
Clavel que se eleva al viento
Que crece entre las ramas de un árbol

¿Dónde viste tanta locura?
¿Quién te hirió el alma y te desojo?
Y quiso secar la tierra en tu seno
Donde nació un día un dulce amor

Te miro ausente vertiginosa
Golondrina inquieta que buscas refugio
¿Quién te ha dado tu encanto?
¿Quién te amo en lo profundo?

Mimosa en tu cálido centro
Yo sé que buscas aun las estrellas
Sé que las ventanas mantienes abiertas
Al sol que por ellas tu vida inunda

No sé cuándo cerraste la vertiente
De los besos que nacen al alba
Cuantos dejaste al frio tendidos
Tras el invierno de altitud brava

Secretos en tu piel marcados
Cuantos guardas en tu cofre de oro
Aroma que se huele con el tacto
Bajo las sabanas sin decoro

Solo una nota volátil toca tu cuerpo
Bajando grácil como una mariposa
Poetiza que escribe mil versos
Que ama al sol errante de la aurora

¿Desde cuándo todo es tan sincero?
Entre tú y yo, un hombre extraño
¿Desde cuándo el sonido de esta luna?
¿Hasta cuándo este viento restaño?

Me iré

Vendrás por el cielo
Y yo tal vez me iré con mi destino
Enmarañado en las esquinas
En los bordes de la madera
Como un desatado viento
Que azota las costas rocosas
Y se va por la mañana
Cuando un suspiro húmedo
Vuelve al puerto su inquieta vida.

Tal vez me iré simplemente
Como simplemente algún día llegué
Entre la lluvia y la bruma
En un negro café expreso
Y una dulce y fría limonada
Me iré y olvidare mi pluma
Y mis hojas blancas desnudas
En un cuaderno de notas raído
Olvidare el calor del sol que arde
Y la tristeza de la luna que vive sola

Tú vendrás en tu ave de acero
Sobre la espuma del cielo
Sobre un continente que crece
Que emerge desde el abismo
Llegar algún día y yo no estaré
Me habré ido con mi destino
Elevándome también por la noche
Como cometa que se pierde
Entre los miles de ojos celestes
Me habré ido tan lejos
Y tú no veras donde.

Tal vez tú regreses ese día
Y yo sencillamente parta
Con el polen de tu risa en mis hombros
Con tu crítica a mi locura perdida
Con tu rostro dibujado en el alma.