Amiga mía, eres poema que crece al ocaso
Dulzura empapada en el canto mudo de mi silencio
Encantada lluvia de invierno que reverencio
Que me funde en su ser con un insondable abrazo
Sencilla flor roja de galaxias lejanas, amiga mía
Versos desde el cielo vienen a mi por ti ahora
No hay profundidad más profunda a esta hora
Que mirar tus ojos negros y amarte desde la lejanía
Me aferro a tu sueño y despierto tus instintos
Me transformo en ladrón, en poeta, en amante
Para encender los maderos que pensaron extintos
Amiga mía, me abres el pecho con tu existencia
Me llamas, me abrazas y me entregas tu alma pura
Amiga mía, mi cuarto es inmenso en tu ausencia
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