Tu boca, frambuesa dulzura
Bajo la nieve que nos cubre en poesía
Me miras me dices mil sonetos
Cuando todo es ruido alrededor de nosotros
Un espacio de silencio en un instante del día
Tus ojos, perlas negras de un mar profundo
El piano, la música nos engulle
Nos emborracha con su dulce vino
Me miras, te veo tan clara
Todo el miedo que tuve ahora huye
Tu piel blanca, contraste de la noche
Acaricio tus mejillas, aturdido
Tomo un trozo de misterio
Lo transformo en rimas y corales
Y dejo a tus pies mi pecho vertido
Tu pelo negro, brillante al sol frio de invierno
Endulza como miel mis sentidos
Somos dos, viajando entre cometas
Polvos galácticos, asteroides y hombrecitos
Hacia planetas para otros perdidos
Tu figura, reflejada en el ventanal
Te retrato en un cuadro de vida
Absorbo la esencia de tu alma
Se transforma un minuto en eterno
Una lagrima a tus ojos prendida
Tu sonrisa, hermosa rima
Te veo tan viva de alegría
Recojo con mis manos la historia
Mi cuaderno lleno de futuro
¡Tenerte!, la más bella osadía
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