sábado, 8 de marzo de 2014

La esquina



Sin querer me he quedado fijo,
Mirando tus ojos negros como la noche,
Con un hipnotismo hechizante
Me clavas el pecho y me quemas,
Y en estrechas y lujuriosas calles
Me pierdo buscando salida.


Te veo sentada en la esquina,
Leyendo historias de risas coquetas,
Yo dibujo tu rostro, lo baño de tinta,
Conquisto incoherente mis propias naves,
Como quien busca acariciar las estrellas,
Y tú sigues sentada en la esquina.


Debe ser el vacío del alma
Que me llena hasta los mismos huesos.
Me siento y medito como bañar,
Con mis labios tu boca de corales,
Hurtar la plata de la luna, y
Convertir tu misterio en un arte


Cuantas veces atravieso tu fantasma,
Cruzo las calles bajo fachadas del tiempo,
Cuantas veces quise decirte lo extraño
Que es sentirme así como un niño,
Buscando curios las respuestas
A todo este mundo apartado y dormido.


No nace una flor si no es por el sol,
Y tus manos no son solo mariposas,
Las olas no son más que canto de sirenas,
Que adornan tu cuello en cada compás.
Tú no esperes otra cosa, la primavera es rosa,
Y en mi mente es árbol verde creciendo.


Te espera el llanto eterno del cielo,
La gélida avenida principal,
Te espera todo lo instantáneo y perfecto,
Una vida, una mano, un café tal vez,
Los soldados de amores atacando tu alma,
Y te espera un poeta en la misma esquina también.

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