La desvestida canción que inspiro este poema
El sabor dulce de tu piel bajo las sabanas discretas
Soles que nacen al alba entre las aguas inquietas
Un beso se funde y se transforma en diadema
Tu rostro rejuvenecido con el amor encantado
Tus manos me llaman envolviendo las mías
Sonetos de amor tejiéndose entre melodías
Tu cuerpo como las olas sobre la arena volcado
Me gusta rozar inesperadamente tu sonrisa
Como la briza de primavera juguetear con tu pelo
Me gusta robarte el alma en silencio y de prisa
La tarde nos alcanza con su mirada serena
Nos arrebata suspiros de nuestros ojos entrelazados
El eco de una infancia que en la piel resuena
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