Hoy, la piel expuesta al amor, conmovía la corteza
Del alma que se negaba a diluir la sal de la razón
Como una sinfonía que arrancaba notas al corazón
Tus caderas encendieron los trigos con su franca belleza
Completa, sincera, las cumbres de tu cuerpo me llevan
Me alzan en remolinos hasta el azul profundo, lejano
Mi pecho, casi sin control, se desespera por tu mano
Y los recuerdos más ocultos, la verdad ineludible revelan
Desnuda sobre el cristal húmedo que guarda tu historia
Rozas mis fibras con la suavidad de un suspiro mágico
Engravas con un tizón encendido la piel de mi memoria
Verte amor, es fundirme con tu sangre acariciando tu alma
Es robarte el aliento y darte mi ser en un destello y sin medida
Es compartir la profundidad de la vida bajo una noche calma
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