No me gusta ver las rozas
Escondidas entre las sombras
Empapando sus hojas de agua turbia
Mendigando el sol y las sobras
Pierden su color al calor de un fogón
Lentamente se marchitan en un invierno eterno
Día tras día impregnadas de un dulce roció de amor
¡No te equivoques mi rosa entregando tu amor materno!
Lloran su rojos pétalos pensamientos esquivos
En rutinaria jornada detrás de un espacio vacío
¡Qué hermosa, delicada y misteriosa eres!
No te pierdas confundida entre la bruma y el frio
Me gusta ver las rosas vivas al cielo inmenso
Verdeando su alma a cristalinas mariposas
Regalando su frágil silencio esculpido
Mientras el tiempo escribe insaciable sus prosas
Las rosas son Hadas escondidas
Criaturas curiosas del sol que se asoma
Milagros de estrellas del firmamento caídas
Llenan tu espacio de sempiterno aroma.
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