Canelones llorando al sol
En silencio sus lágrimas caen
Se funden en el blanco crisol
La nostalgia invernal traen
Se desangran gota a gota
Después de haber nacido del hielo
Son un poema, una nota
Que humilde vuela hasta el cielo
Cristales de invierno se entregan
Encadenados en su rama al destino
Brillando hasta el final no niegan
Pertenecer al blanco divino.
Un momento de silencio helado
Quebrado por el viento rasante
Yo miro el cristal enamorado
De su rama eternamente amante
No me preguntes que me dijo
Los vi morir de amor por el sol
Esa tarde invierno el cobijo
Fue al fuego del arrebol
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