miércoles, 10 de diciembre de 2014

Abuelo



No puedo imaginar tu historia
Un niño corriendo entre el mar y la tierra
No puedo imaginar tus ojos
Y el dolor de dejarla partir con su silencio
Tu pelo se volvió cano, tus manos llenas de ira
Y guardaste en un baúl el recuerdo
Que clavo tu alma profundamente herida

No sé si naciste en Diciembre, como decían
O en Agosto cuando la vida en el sur comienza
No sé si jugaste con tierra y madera
O solamente miraste las nubes calladas del cielo
Como un ave volaste a los tiempos eternos
En un carro viejo de ufanas historias
Fue esa luna penquista como un triste invierno

Y esa cuidad que abrazo tus miedos
Donde amaste a la amada y robaste su tierra
Esa cuidad aun te mira de lejos
Como yo te miro desde la roca perdida
Viejo amarraste a mi pecho de hombre
El orgullo de tenerte en el profundo recuerdo
En el frio del norte habita suave tu nombre

Yo recuerdo tus manos cansadas
Recuerdo esa pálida noche de septiembre
Como me golpeo eso a mi alma!
Tú lo sufriste en la oscuridad absoluta
Y no quisiste darnos más tristeza
No quisiste que viera tu alma abatida
Y entre tu casa y un árbol armaste tu fortaleza

Nunca viste mi destino lejos de mi tierra
Aunque creo que en el fondo lo intuías
Como sabias que vida era pasajera
Que no se detiene el futuro en una estación lisonjera
Ni el sol por en las tardes de verano,
Viejo hombre de playas Tomecinas
Abuelo tierno, tomaste dulcemente mi mano.

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