miércoles, 12 de agosto de 2015

Querida


Querida,
Soy el poeta de tus ojos marinos,
De tu riqueza escondida,
De tus tiempos esquiva,
De tu fuerza en la lejana tierra.

Y tomo tu fragilidad oculta,
Bajo los mantos de tu historia,
Y robo de tus sueños,
En estas costas heladas,
En esta roca que ata la vida
Transformando la bruma espesa,
En música danzante y alegre.

Querida mía,
Tu sonrisa soberbia ante mis ojos,
Y mil letras confusas aparecen,
Una tela tejida sobre las hojas,
Atrapando el rocío del alba,
Llanto alegre de estrellas amistosas
Sobre los hombros de la colina.

Me hablas en silencio,
Y la noche oceánica hace eco,
Como un canto de sirenas,
Milagro embrujado que me llama,
Yo solo escribo lo que veo,
Me transformo en poeta,
En marino y en embustero
De mis propios pensamientos.

Soy el poeta en tu ventana,
El que nace cuando le das tu mirada,
Es que escondió de ti su silencio,
El que se embarca en tu recuerdo
Y navega bordeando tus costas.

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